11 julio, 2006

Tejiendo un Nuevo Mundo

Hay muchos y loables frentes abiertos para la reparación de nuestro maltrecho planeta, pero quizás esté llegando el momento de poner el acento en aquel que quiere crear vínculos entre ellos. Me refiero a las redes. Se están empezando a tejer, pero aún no se les está dando el peso debido. Y dentro de éstas los vasos comunicantes han de estar bien abiertos. Hay que crear puentes de diálogo y transferencias de todo tipo en todas direcciones: entre culturas, entre religiones, entre el norte y el sur, entre el entorno natural y el ser humano. Crear un sano mestizaje sin perder el valor de lo propio. Esta dinámica ya se está dando a través de las migraciones, de internet y otros medios. Lo que hay que conseguir ahora es crear conciencia no sólo a las élites, sino, sobre todo, a la gran masa que no entiende de modelos sistémicos, ni de otras teorías. Quizás sean los gestos sencillos desde lo emocional lo que puede despertar la participación colectiva de los “que no entienden por qué les tocó a ellos”. Me impresionó saber que las bellas figuras de las iglesias, que sobre todo prosperaron hasta niveles exagerados en el barroco, iban dirigidas al vulgo laico que no sabía leer. Fue una hábil manera del clero de acercar las escenas de las Escrituras Sagradas y asentarlas en los corazones moviendo un ingente número de fieles. Quizás haya que volver a los mitos con sus contenidos simbólicos favoreciendo sus diferentes niveles de lectura o interpretación según se dirijan a ilustres o sencillos. Y no sólo hablo en el terreno de lo religioso, véase a Gandhi en la marcha de la sal. Un simbólico puñado de este elemento en su mano movilizó a todo un país hacia la independencia. Él sabía que los ingleses tomaban el pulso de la India controlando el componente único para conservar los alimentos de las capas pobres.

Hay por tanto que ir a las claves sociales, a los símbolos y a los gestos sencillos. Esto quizás sea lo que nos permita en 2015 cumplir los anhelados Objetivos del Milenio.

En una hipotética Agenda 21 planetaria faltaría en el diagnóstico ya realizado por los políticos, técnicos y otros líderes mundiales identificar el sentir, los problemas, preocupaciones, necesidades, expectativas, respecto al desarrollo sostenible de ese 87 % de la humanidad que ignora de lo que estamos hablando. Desde las distintas idiosincrasias la participación de todos esos rostros necesitados debe ser mayoritaria. Honradamente, confío poco en que el 8º Objetivo del Milenio (“Desarrollar una asociación global para el desarrollo”) se haga efectivo sin la presión pacífica y dialogante de esa mayoría de la humanidad. Estamos demasiado instalados en nuestras “necesidades creadas” por muy buenas intenciones que tengamos muchos de nosotros. Podremos ser más eficientes energéticamente y en recursos, pero ya hallaremos cómo sacar provecho propio del ahorro generado. Además desde el paradigma sistémico, el actual entorno carencial que envuelve al primer mundo “obliga” a éste a soltar lastre para no sucumbir. No hay vida sin aire que la genere, ni aire que no se vea afectado por la vida.

Estas redes son la gran oportunidad, deben hacerse fuertes, de manera que no se puedan romper, pero dinámicas y con capacidad de renovación pues ya sabemos que todo envejece y se anquilosa.


Juan Gómez Soto
Director del Área de Investigación INATUR de Sierra Norte, S.L.

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